La centella asiática es un ingrediente estrella en el cuidado de la piel gracias a sus propiedades calmantes, regeneradoras y cicatrizantes. Ayuda a reducir la inflamación, acelera la reparación de tejidos, mejora la elasticidad y firmeza de la piel, y protege contra los daños causados por los radicales libres. Es ideal para pieles sensibles, con acné, rosácea y signos de envejecimiento.